¿Y AHORA TENGO QUE PARECERME A KIM KARDASHIAN?

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@AKRITZLER

por Alberto Kritzler

 

¿Y AHORA TENGO QUE PARECERME A KIM KARDASHIAN?

Por Ximena Santaolalla

Me sorprendió que en un chat grupal de mujeres en el que participo, algunas expresaran su admiración hacia Kim Kardashian,Ciara, Rihanna, Kylie Jenner y Cardi B, por “haber creado un nuevo estereotipo de cuerpo deseable” y haber “liberado a las mujeres”. ¿Liberado de qué cosa?, pregunté. Me reenviaron un blog en el que varias mujeres agradecen a KK y otras celebridades, por destruir el estereotipo femenino de caderas angostas, pechos grandes o enormes, y pompas pequeñas y redondas.

Aparentemente, ahora la belleza se traduce en pechos pequeño o medianos, cadera grande y pompas enormes y bien paradas, estilo brazilian

Poco después de los comentarios del chat, me topé con un artículo de la BBC llamado “Social influencers and the perfect body”. A raíz de esto, comencé a indagar sobre el asunto del cuerpo a la brasileña y los procedimientos que conlleva llegar a verse así. 

Sé que existen mujeres que naturalmente tienen pechos medianos o pequeños, y pompas muy grandes. De la misma manera, otras tienen pechos muy grandes y pocas pompas, o mucho o poco de todo. Lo problemático no es con cuánto nacemos, sino la obsesión por parecernos a la “celebrity” que esté de moda. 

Personalmente, conozco a una familiar que hace 15 años se sometió a una operación para incrementar sus pechos al estilo Pamela Anderson. Fuera de los problemas que enfrentó (un pecho se le movió de lugar y se desinfló), ésta misma persona se sometió hace poco a una cirugía de reducción de pechos y aumento de pompas, pues la moda ha cambiado.  

Yo pensaba que la cirugía plástica representaba un problema para personas obsesivas y poco conscientes, presas fáciles de la mercadotecnia y con dinero de sobra. Sin embargo, me doy cuenta de que cualquier persona corre el riesgo de someterse a procedimientos estéticos y que los números van en aumento.

Por un lado, me duele saber que el 86.4% de la demanda de tratamientos estéticos es de mujeres (Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética, ISAPS, 2018), y solo el 13.6% de la demanda es de hombres. Me duele pensar lo presionadas que debemos sentirnos las mujeres, por un ideal cambiante de belleza y juventud, así como lo expuestas que estamos a la mercadotecnia dirigida a sacarnos hasta el último centavo. 

Lo peor es que, al realizar alguno de estos tratamientos, no nos damos cuenta de que promovemos que sean más y más comunes y de que nos metemos en un ciclo de nunca acabar, pues siempre habrá algo que agrandar, achicar o moldear. 

También me impresiona saber que el 38,4 % de los tratamientos cosméticos a nivel mundial, son realizados solamente en 5 países: México, USA, Brasil, Japón e Italia (ISAPS, 2018).  

Las cirugías plásticas que más han aumentado proporcionalmente en los últimos años, son (i) el rejuvenecimiento vaginal, incluida la labiaplastia (cambio en la apariencia de los labios vaginales), con un incremento anual del 39% (informe anual de la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos, SECP); (ii) la mejora de glúteos, incluido el Brazilian Butt Lift, con un incremento anual del 58% (mismo informe de la SECP).

El Brazilian Butt Lift (BBL) normalmente se realiza mediante dos procedimientos: (i) una liposucción de distintas partes del cuerpo que ahora deben ser más pequeñas de acuerdo con la moda (en especial, los pechos y la cintura), (ii) la inyección de esa grasa, en lo glúteos. 

El BBL puede sonar lógico y deseable para aquellas personas que sueñan con el cuerpo de moda perfecto; sin embargo, esta cirugía tiene la mayor tasa de mortandad de todas las cirugías estéticas: por ejemplo, de los 20,301 BBL practicados en 2017, murieron 7 mil personas. Además, el BBL implica otras complicaciones que mencionaré más adelante.

Tristemente, el deseo y obsesión con tener un Brazilian Butt son tan intensos, que muchas mujeres (y algunos hombres también) eligen acudir a alguna de las miles de clínicas que ahora ofrecen el procedimiento, pero que no tienen la capacidad técnica y médica o no informan de los riesgos reales a sus pacientes. 

Al convertirse en un procedimiento tan popular, aunado con el hecho de que en algunos países no se regula adecuadamente la cirugía plástica o no se responsabiliza al médico por tratarse de un procedimiento opcional y estético (por ejemplo, los seguros médicos no cubren complicaciones derivadas de esto), se han creado miles y miles de clínicas que falsamente aparentan seriedad y experiencia. 

Muchas de estas “clínicas” funcionan más como una agencia de viajes, que conecta a sus clientes con distintos doctores y hospitales. Por lo tanto, ofrecen un servicio diferenciado para celebridades y para influencers, en comparación con el servicio que obtienen sus clientes comunes y corrientes. Celebridades y influencers probablemente sean atendidos por los mejores doctores y obtengan los mejores cuidados post operatorios. De esa manera, la clínica garantiza que las éstos recomienden sus servicios.

En el podcast de la BBC, “Social influencers and the perfect body”, escuché algunos de los casos más deplorables relacionados con BBL. Una mujer británica que llamaré Mónica, viajó a Turquía para hacerse el BBL en la clínica Clinichub recomendada por Miss Rfaboulous, una influencer bastante conocida.  Mónica eligió tomar grasa de sus pechos para ponerla en sus glúteos. Tristemente, perdió uno de los pezones. La piel del pezón se necrosó totalmente y dijo que su pezón se veía completamente plano. Los doctores de Clinichub no la recibieron para atender este problema post-operatorio, sino que le dieron los datos de una supuesta clínica a la que tendría que ir en Inglaterra (sin costo adicional). Al llegar a su país, Mónica descubrió que la clínica a la que la enviaron, no existe. Para entonces, ya enfrentaba una infección bastante grave y tuvo que buscar una forma de reconstrucción de su pezón, lo cual es complicado y costoso. Nunca le volvieron a responder en Clinichub, sino que la bloquearon. 

Los riesgos de la BBL, incluyen: (i) embolias grasas, cuando la grasa entra al torrente sanguíneo y bloquea vasos sanguíneos, debido a que la grasa se inyecta a nivel intramuscular profundo y no en el tejido celular subcutáneo; (ii) éstas embolias grasas pueden llegar a los pulmones, bloqueando el ingreso de oxígeno; (iii) también pueden llegar al cerebro y causar un derrame cerebral; (iv) las células de la grasa inyectada pueden morir y provocar infecciones serias y necrosis grasa, cuando se inyecta demasiada grasa o porque la grasa inyectada no logra revascularizarse, es decir, integrarse a los tejidos; en este caso, es necesario retirar tejidos necrosados y hacer injertos, lo que puede causar deformidades; (v) se puede afectar el nervio ciático que pasa por la zona de los glúteos, y causar pérdida de sensibilidad y problemas motores.

Recuerdo el caso de una chica de 24 años, que murió después de sufrir 3 paros cardiacos durante la operación BBL en Brasil. La grasa fue mal inyectada y viajó por los torrentes sanguíneos equivocados. 

Más allá de criticar a la cirugía plástica o intentar asustar a quienes quieren hacerse un BBL, todo esto me hace pensar en cuestiones más profundas o de raíz. 

Pienso en lo enfermizo, costoso y doloroso que resulta continuar promoviendo el deseo desmedido por un cuerpo “perfecto”. Desde que somos pequeñas, a las mujeres nos bombardean con imágenes, comentarios, películas y creencias de aquello que se supone que deberíamos desear, o de aquello que deberíamos considerar hermoso. A los hombres también les ha comenzado a suceder, pero creo que las mujeres llevamos décadas en este terrible adoctrinamiento. Nadie nos ha liberado de nada, y menos las pompas de Kim Kardashian. 

Una amiga tiene una hija pequeña. Me contaba que ahora las muñecas y barbies tienen más pompas y menos pechos; algunas vienen vestidas con una “tanga” roja y “sexy” para mostrar esas pompas grandes y paradas. Su hija tiene apenas 7 años, ¿por qué tendría que estar pensando en cómo se deben ver las pompas, las tangas y los pechos que ahora están a la moda?, ¿por qué desde niña tiene que angustiarse por entrar en un molde que además no es muy común ni natural?

Recuerdo haber crecido con una insatisfacción constante respecto a mi físico. Y también recuerdo a mis amigas sentirse muchas veces insatisfechas. No importa cómo te veas, de todas maneras, nunca es posible llegar al ideal de belleza (salvo con cirugía plástica, mucho maquillaje y hasta cierta edad). Un ideal de belleza cambiante, diseñado para controlar el comportamiento humano dentro de ciertos parámetros y para vendernos productos. Diseñado para que dediquemos nuestro tiempo, dinero y esfuerzo en intentar vernos como la Celebrity del momento, no pudiéndolo lograr y sintiéndonos frustradas con la cartera vacía. 

Creo que es urgente pensar, antes de actuar. Pensar ¿qué estoy promoviendo cuando me someto a una cirugía plástica o gasto mi dinero en procedimientos estéticos interminables? ¿Lo que veo en las pantallas es realmente bello en sí mismo (intrínsecamente), o es lo que me han dicho que debe ser bello para mí? ¿Quiero ser un borrego más que acepta lo que ve en los espectaculares/películas/instagram y lo intenta repetir, o quién quiero ser yo?

No propongo que no se cuiden o que no se arreglen. Es lindo verse bien, yo disfruto mucho cuando me arreglo. Pero, ¿qué significa verse bien? Pienso, si se trata de verme como Jennifer López… Lo siento mucho pero no me parezco a ella. Puedo verme bien al estilo Ximena, y cada quien puede lograr lo mismo a su estilo, a su manera, sin hacernos daño.  

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