SUPER MOMS
SUPER MOMS.
Me gusta andar en bici a lo largo del Hudson. Ver el agua me alegra y motiva. Pero también encuentro visiones interesantes, simpáticas -o no tanto-, que dan a pensar.
Super Moms, vestidas de Lululemon, mallas magnéticas a la vista por su diseño caleidoscópico, cabellera brillante y larga, blusas pegaditas que dejan ver lindos brassieres cruzados, tejidos, cuadriculados, sexys. Estas mamás llevan bebés casi recién nacidos dentro de una carreola, que empujan enérgicamente mientras corren estilo maratón.
Me pregunto, cómo logran esos cuerpos perfectos apenas un mes o dos de dar a luz. Cómo encuentran el tiempo de cuidar su pelo con tintes y rayos dorados, que cuidadosamente dibujan solo los mechones correctos, dejando otros de distinto color para que el efecto sea más impactante. Cómo mantienen una cintura y abdomen de modelo veinteañera, sin rastro de haber estado embarazadas.
Hace un par de días, me senté en una banca contigua a la de una Super Mom que daba mamila a su recién nacido. Nos saludamos y platicamos unos minutos. “Do you have children” me preguntó. Dije que yo no había podido, a pesar de haber intentado ya tres in vitros. Esta confesión abrió la puerta a que me dijera “You’re on your thirties, don’t give up. I’m 45 and had my baby last year, so keep on trying!”
Quedé en shock, literalmente. Yo le calculaba, a lo mucho, 30 años de edad. Tal vez porque tenía puestos sus lentes y una gorra. Pero la Super Mom se veía sensacional, modelo de cualquier revista teen, La Super Mom Encarnada.
No tengo respuesta a cómo es que logran ser mamás, trabajar, verse perfectas y estar de buen humor para un chit chat en el malecón. Sospecho que cuesta mucho, cuesta sangre, disciplina dolorosa casi de hierro. A la larga, ¿costará salud mental, salud física? Quisiera ver las estadísticas de este fenómeno Super Moms, ¿cómo están emocionalmente?, ¿cómo es su día a día, son felices, sufren estrés, ansiedad?
Pensé que las Super Moms eran más bien un fenómeno de película Hollywoodense, pero les aseguro que es una realidad que se ve por casi todo Manhattan, a todas horas del día, a veces de la noche.