Los cuerpos normales No son los de las redes sociales
Los cuerpos normales No son los de las redes sociales
Me especialicé en el tratamiento de trastornos de la comida alimentaria. Atendí personas con problemas de bulimia y comer compulsivo. Tuve yo misma un trastorno en la adolescencia y luego en mis veintes. Aunque la raíz de los trastornos de la conducta alimentaria no es una sola cosa -sino más bien, diversas causas y condiciones que se juntan- me atrevo a afirmar que una de las causas consiste en la expectativa y la presión por tener un cuerpo “perfecto”.
La primera pregunta que surge es: ¿qué es un cuerpo perfecto y para quién? La imagen de cuerpo perfecto, en este caso, es la que nos venden y compramos; es la imagen que está de moda, la que vemos en espectaculares, películas de Hollywood y redes sociales.
Pero no se trata solamente de trastornos de la conducta alimentaria. Los efectos de la imposición de una imagen de “cuerpo hermoso” -rechazando otro tipo de cuerpos que no cumplen ciertos parámetros- van desde la ansiedad, la baja autoestima, la angustia de no ser aceptado o querido, el miedo a ser rechazado, la obsesión con el ejercicio y las calorías, el gasto de cantidades de dinero importantes en productos y tratamientos, la vergüenza del propio cuerpo, el sometimiento a tratamientos peligrosos y dolorosos que violentan nuestra salud e incluso el odio hacia uno mismo por no sentirse suficiente.
En ese sentido, propongo ver el programa danés ULTRA STRIPS DOWN (se pueden ver un par de capítulos en YouTube), en el que participan niños de entre 11 y 13 años haciendo preguntas sobre el cuerpo; para ello, aparecen en el escenario un grupo de adultos -entre 4 y 6- en bata. Cuando se los indica el presentador, los adultos se quitan las batas y quedan completamente desnudos. Los niños han sido preparados con anterioridad en la escuela y ahora tienen la oportunidad de hacer preguntas.
La apuesta del programa es generar una actitud positiva hacia el propio cuerpo, mostrar cómo se ve un cuerpo “normal”, común y corriente, a diferencia de los cuerpos que vemos en las películas, redes sociales o espectaculares. Como explican ellos, en las redes sociales el 90% de los cuerpos son parecidos al modelo de belleza existente. Pero en la calle, en la vida real, en la población normal, esos cuerpos representan el 10% o menos.
Los niños hacen preguntas sobre los tatuajes, sobre el tamaño del pene, sobre a qué edad crecen los vellos públicos. Es interesante ver y aprender sobre la manera en que se está abordando el problema del cuerpo en Dinamarca y, aunque hay mucha controversia al rededor de este programa, en lo personal me parece una idea maravillosa. No hay ningún elemento sexual en el programa, se trata de mostrar el cuerpo humano y poder hacer preguntas, verlo como algo más natural y no como un tabú o una razón para avergonzarse o obsesionarse.
Recuerdo que muchos años me dio vergüenza usar traje de baño, pues yo consideraba que mi cuerpo tenia profundas deficiencias estéticas, que mi cuerpo no correspondía con los cuerpos de las revistas o películas. Me inventaba todo tipo de mentiras para no tener que quitarme la ropa en las albercas, incluso decía que tenía frío en lugares de calor para no usar faldas cortas o shorts. Es innecesario que los niños y adolescentes sufran por estas tonterías, ¡hagamos algo!