Extracto de la entrevista que me hizo Sara Casanovas en Julio de 2023 publicada en La Revista de la UNAM

 

Extracto de la entrevista y dos preguntas que no salieron publicadas

Por Sara Casanovas

Sara: La cuestión del abuso ronda el texto: “Supe cosas de personas sobrevivientes. Aunque no les llamaría ‘personas’, más bien cuerpos vacíos, vaciados, que quedaron vivos medio muertos. Mal”. ¿Qué sucede después?

Ximena: No puedo saber qué hay después de una situación así de terrible, pero en las mujeres que sufrimos una agresión sexual primero hay una negación, para protegernos. Después hay culpa, esa sensación de tener algo podrido o sucio, “si me pasó algo terrible, debe haber algo terrible en mí”. Es un camino larguísimo que nunca termina y que se vuelve parte de nosotras. No digo que el abuso “se vuelva” la persona, pero sin duda estará presente. También existe vergüenza al contarlo. Se puede notar en las grabaciones de los testimonios. Es horrible y triste, pero natural en el proceso para sanar. En muchos casos hay algo de autodestrucción, por eso el camino es ambiguo, nunca recto: da muchos giros, como una espiral. A veces resulta frustrante porque da la impresión de que no se avanza. Hay demasiada neblina. Pero también hay momentos de mucha alegría al sentirse un poco mejor.

Sara: En otras entrevistas hablas de la necesidad de obsesionarte con las historias. ¿Qué temas te preocupan?

Ximena: Me importa el dolor humano y poder transmitir lo que ocasiona un abuso en las personas. Eso puede conectar con quien lo ha padecido para que no se sienta mal con las consecuencias. Entender que es normal pasar por momentos extraños donde actuamos de forma errática o tenemos reacciones autodestructivas. Eso es lo que quiero mostrar en mis textos. También me interesa explorar por qué las personas dañan a otras o a los animales. Para mí es un misterio. Me importó meterme en las entrañas de quienes se comportan así, aunque da miedo, porque cuando te acercas mucho al fuego te puedes quemar. Cuando escribía la novela temía que me tragara ese lado del mal que existe.

Sara: Las mujeres somos las que más violencia recibimos. Sin embargo, ¿crees que ha sorprendido que “A veces despierto temblando” haya sido escrito por una mujer?

Ximena: Tanto hombres como mujeres sufrimos violencia, pero a las mujeres se les agrega la violencia sexual que es mucho más alta. Los hombres son los que violentan más. Hay un tema interesante en esto, en cuanto quién recibe la violencia y quién la perpetra. Los feminicidios son siempre perpetrados por hombres y recibidos por mujeres. El 85% de las violaciones sexuales son recibidas por mujeres y el 96% son perpetradas por hombres.

En los clubes de lectura a los que he asistido he tenido comentarios como que esperaban a una escritora con otras características. Alguien me dijo: “no me había fijado quién era el autor, pero siempre pensé en un hombre. Te quiero felicitar”. Un hombre me sugirió que el texto lo acompañara con una fotografía donde me viera más ruda. Otras personas que no sabían de qué iba la novela, al conocerme, me preguntaron si escribía de amor.

Sara: ¿Puedes desarrollar la idea de cuerpo como territorio, de una nación entera violentando ese espacio privado y personal?

Ximena: Quien permite que Dedos esté sobre el cuerpo de Aura es el Estado. El Estado aplasta a una persona, viola a una mujer. El Estado decide qué personas tienen derecho a vivir, cuáles son desechables y cuáles no. El concepto es el de necro poder, lo usa mucho Achille Mbembe. Él habla de cómo se permite hacer sobre los cuerpos lo que los personajes hacen. Es un peso infinito que cae sobre todas esas personas que fueron víctimas entonces. Ahora también lo son en países donde se legaliza la tortura, el asesinato, la desaparición forzada y la violación. 

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